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Trabajos manuales...

Viernes 19 de diciembre de 2008, por Cronopio


¿Será posible distinguir con facilidad una escritura manual de una computacional. Me refiero por cierto al punto de vista del lector que, por definición, leerá este texto en el computador y no notará ninguna diferencia aparente, visual, entre esta escritura y la de ayer y la de mañana.

El punto es saber si cuando escribo con la lapicera con que lo hago en este momento, se produce una diferencia de fondo, si los temas y la forma de tratarlos son afectados por el hecho de escribir "a mano".

Yo he tenido a menudo la teoría de que sí hay alguna diferencia que hace a la postura fisica, a la relacion física, carnal casi que tiene uno con el instrumentyo de escritura.

(JPG)Mientras escribo con esta lapicera que tengo sólidamente agarrada, tengo con las letras que va dibujando en la libreta una relación corporal distinta, más directa, con mi cuerpo ergo con el "receptáculo de mis emociones".

(JPG)Sin olvidar el hecho de que se trata de un gesto aprendido tan niño que está infinitamente más "incorporado" ( o sea, metido en el cuerpo) que el del tecleo. Sobre todo mi tecleo que, pese a los años de circo sigue siendo con mirada más o menos obligada al teclado.

(JPG)Así las cosas, he tenido a menudo la idea de que en esta escritura las emociones, las percepciones, la subjetividad, fluyen mejor que frente al computador donde la mente -y sus manias formateadoras y censoras- están más presentes.

Obviamente, a eso se le pueden sumar otras consideraciones como el hecho de que más allá de la postura física y de la relación "carnal" con mi vieja y noble lapicera Chevignon (marca conocida por cualquier cosa menos por las lapiceras), está el tema del lugar. La mayor parte de los post anteriores habian sido escritos en casa - rue Poulet- sentado en mi escritorio mientras, a menos de un metro, la Sabi está en el suyo, haciendo su pega de Wikio.

(JPG)Éste está escrito en un bar de la rue de La Chapelle donde hago hora para juntarme a almorzar con mi hija Antonia. Mientras escribo, llegan desde la cocina sonidos (chirridos) y aromas de almuerzo que se prepara, sonidos de la circulación -intensa- de la rue de La Chapelle, sonidos de una radio que nadie escucha y de las voces de los únicos dos parroquianos que se toman un apéro instalados en el bar...

P.-S.

Nota: este texto es la transcripción exacta de lo que escribí en el Restaurant Bar de l’Europe. Mientras lo transcribía me dieron ganas de corregir, de mejorar, de aclarar...Pero me pareció mejor conservar tal cual el texto original para que, si efectivamente existen, puedan apreciarse las eventuales diferencias -de estilo, onda y demases- entre ésta y otras escrituras.

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