Martes 8 de agosto de 2006, por Cronopio
O más bien para, mira y lee.
Antes de que te “sumerjas” en lo que espero sea pronto un hormigueo incesante de encuentros, historias y comentarios interesantes y entretenidos, quiero decirte -brevemente- un par de cositas.
¡La primera, darte una muy cordial bienvenida a este espacio que, como la vidriera irrespetuosa pero fascinante de los cambalaches, mezclará muchos temas, muchas vidas y, ojalá, muchas miradas diferentes.
Obviamente -¡el burro adelante...!- encontrarás aquí huellas de mis diversas vidas: la chilena y la francesa; la personal, la profesional y la "social"; la de los momentos gloriosos y la de los francamente lamentables.
Pero, sobre todo, estarán aquí los otros. ¡Tantos otros! Los que me han ayudado a ser y hacer todo lo bueno que he podido ser y hacer en mi vida. Los que, sin saberlo, para bien o para mal, me enseñaron y siguen ensenándome la vida. Los que me han soportado y hasta querido a pesar de los dolores y decepciones que he podido causarles. Estarán incluso los que nunca me tragaron ni me tragarán jamas.
Sobre todos ellos diré seguramente algo tarde o temprano. Muchos de ellos, espero, se animarán también un día a decir lo que...se les dé la gana.
Sinceridad, respeto y ganas de compartir
Quiero decirte también que todo lo que yo aquí cuente o escriba será motivado por tres propósitos o valores de esos que, como bien sabes, son fáciles de declarar pero un poco más difíciles de practicar: la sinceridad, el respeto y el deseo de compartir.
Porque más allá de la calidad de la escritura, que trataré de cuidar entre otras cosas por lealtad y respeto elemental por el Gran Cronopio "patrono" de esta aventura, quiero que la sinceridad sea lo que dé más fuerza, interés y valor a lo que aquí se diga.
Igualmente importante me parece el respeto. En esta materia, me comprometo a respetar tu opinión ¡sobre todo cuando no coincidas con lo que yo pienso o siento!...¡y lo digas!
El tercer pilar de esta “declaración de principios” son las ganas de compartir contigo vivencias, experiencias, conocimientos, opiniones, sueños, imágenes, música, etc. Obviamente, me encantaría que todo te interesara y te fuera útil. Lo más probable es que no siempre sea el caso. Sea como fuere, espero hacerte sentir que compartir es mi manera de agradecer –aunque sea ínfimamente- todo lo que he recibido de tí y de tantos otros.
Y como lo prometido -ser breve- es deuda, aquí mismo me callo...