Carlos Altamirano, Jaime Suárez, Alejandro Rojas, Rodrigo Ambrosio y Orlando Cantuarias

Los franceses tienen una expresión que siempre me llama la atención y que de hecho utilizo bastante a menudo: le hasard fait bien les choses. Significa algo así como "el azar hace muy bien las cosas". Pudiera parecer raro que los franceses, con su reputación de cartesianos - ergo ultra-racionales y ajenos a toda « superstición »- hayan acuñado una expresión como ésta. Pero así son las cosas, c’est la vie....

En todo caso, lo que yo quería destacar era el azar que hizo que, justo cuando me aprestaba a publicar un post sobre « un día de otoño en París », me topé en Facebook con un grupo de fans de...Rodrigo Ambrosio.

Para quienes no lo conocen, Rodrigo fue fundador y primer secretario general del Mapu (Movimiento de Accion Popular Unitaria), un partido nacido en 1969 de una división de la Democracia Cristiana. Rodrigo, que para muchos de nosotros fue una especie de hermano mayor, tenía apenas 31 años cuando tuvo la mala idea de morirse en un accidente de tránsito[[Con ojos del Chile de hoy, resulta alucinante saber que el secretario general de uno de los partidos del Gobierno viajaba entonces en un simple...Fiat 600. Los tiempos han cambiado).

En todo caso, con la muerte de su fundador en mayo de 1972, el Mapu entró a una entusiasta y prolífica era de...divisiones y subdivisiones. La primera empezó a gestarse a fines de ese mismo año, en el 2° Congreso del partido y se consumó inmediatamente después de las elecciones parlamentarias de marzo de 1973. Con la distancia del tiempo, creo que esa división fue el comienzo del fin del Mapu. Por lo menos tal cual había sido imaginado y percibido en sus primeros tiempos: un partido de « cabros » más bien buena onda, bastante sixties, creativos, serios pero no "graves" y sobre todo unitarios. Tanto así que habían renunciado al poder democristiano del que formaban parte para sumarse a la Unidad Popular y a su idea de que "esta vez no se trata de cambiar un presidente..."

Los años de la dictadura confirmaron la tendencia centrífuga y a los ya existentes Mapu Garretón y Mapu Gazmuri (alias MOC), se sumaron una serie de nuevas divisiones y subdivisiones que, con los años, condujeron a muchos a pensar que era hora de cerrar el boliche y/o integrarse a otros partidos. Fue a menudo una decisión más individual que colectiva. Ello explica en mi opinión por qué, a partir de entonces, hubo ex-Mapus here, there end everywhere: en el PC, en el PPD, en el PS, en el Partido Radical, etc. Sin contar los que siguen en el Mapu OC, los que «se-fueron-pa-la-casa» y aquellos cuyas coordenadas políticas, valóricas y éticas me resultan completamente insondables a estas alturas del campeonato.

Marzo 1973, en el Teatro Caupolicán. De izquierda a derecha: Kalki Glauser, Eduardo Aquevedo, Oscar Garretón, Rodrigo González, Eduardo Olivares y Carlos Montes

No voy a escribir hoy día, así como entre gallos y medianoche, todo lo que tengo que decir sobre el MAPU, su historia y los reciclajes que con más o menos gracia, estética, coherencia y todas esas cosas hicieron -¡hicimos!- muchos de sus ex-militantes y dirigentes. Lo haré "en su momento".

Por de pronto para echar una mano para que, en la medida de lo posible, no tropiecen con las mismas piedras del pasado quienes hoy andan buscando su propio "Grial". Pero sobre todo para que esa búsqueda pueda nutrirse no sólo de tantos resentimientos y amalgamas malintencionadas que abundan en torno al Mapu, sino también de todo lo que fue justo-bueno-entretenido-comprometido-creativo en ese pasado en que no teníamos duda alguna de que, tal como proclamaba uno de los nuestros : el capitalismo es malo, perverso y canalla! Naturalmente, también lo haré por aquello del "deber de memoria". Lo haré desde mi punto de vista, con los inevitables sesgos de mi subjetividad, pero intentado sobre todo evitar la tentación de manipular la historia para ajustar cuentas o auto-justificarme. No aseguro que vaya a resultar pero me comprometo a intentarlo.

Por ahora me limito a agradecerle a los creadores del grupo de partidarios de Rodrigo Ambrosio el empujoncito que le dieron al famoso azar. De puro agradecido y contrariando algunas de mis reticencias en relación con Facebook, decidí unirme al grupo.

Finalmente, fiel a mi estilo preferentemente "oral" de decir y compartir y a mi oficio de periodista y productor radial voici un remix especialmente dedicado a quienes alguna vez se emocionaron con aquello de que "el pueblo entero lucha de frente con sus banderas rojas y verdes". En el audio que puedes escuchar y descargar aquí mismo, el que habla es Rodrigo, el 19 de diciembre de 1971, en el Teatro Caupolicán. El que canta el Himno del Mapu es...Ángel Parra.

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