Lunes 7 de febrero de 2011, por Cronopio
Había muchas razones para ir por fin a Rocamadour.
El nombre, Rocamadour, lo había descubierto gracias a Julio Cortázar que en las páginas de su grandiosa "Rayuela" llamó así al bebé de la Maga, luminoso personaje de esa gran novela. La verdad es que eso hubiera bastado para que Rocamadour se convirtiera en una evocación atractiva, misteriosa, irresistible.
Pero años mas tarde, exiliado ya en Francia, descubrí que Rocamadour era, además, el nombre de un lugar hermosísimo, cargado de historia y de leyendas que uno no podía dejar de conocer.
Las "cosas de la vida" hicieron que pese a haber visitado muchos lugares cercanos -sobre todo en la vecina Dordogne [1]- nunca se dió la posibilidad de conocerlo. Hasta ahora.
¡Por algo pasan las cosas! exclamaría más de alguna abuela.
Lo cierto es que llegando allí me dí cuenta de que sólo con mi "Maga" Sabina podía yo estar a altura del encuentro con un lugar tan sumamente "Cronopio". Esa verdadera maravilla cuyo nombre original - Ròc Amador- significa en legua occitana "el peñón del Amador".
Dependiendo de la leyenda, Amador puede tener dos significados: o hace alusión a un ermita conocido por ser un...Amador de la Virgen.O alude a un Amador como tú y yo. Es decir, a un enamorado.
Con todo respeto por el enamorado de la mamá de Jesús, yo prefiero obviamente la segunda versión. Por eso, yo no podía ir a Rocamadour sino con quien ha sabido convertirme en el Amador mas feliz de la tierra.
Demás está decirles que el encuentro fue maravilloso. Entre otras cosas porque el lugar también lo es. Tanto el escenario natural -las montañas, los valles vertiginosos con sus acantilados blancos, el cielo azul...- como lo que ha construido "la mano del hombre". Ver además a las viejas y queridas "tres Marías" (tres estrellas de la constelación de Orión) en el negro azabache de la noche rocamadouriana, no hizo más que agregar nuevas emociones de esas que hacen que uno vuelva a "sentir profundo como un niño frente a Dios".
He aquí algunas imágenes con las que quiero compartir contigo nuestro encuentro con el Roc Amador y desearle una vez más un feliz cumpleaños a mi Maga y compañera de aventuras en la vida y en...Rocamadour.
Cliquea en las viñetas de la derecha para recorrer el "fotoreportaje"
[1] Cuna de Orélie Antoine, del Rey francés de Araucanía y Patagonia